¿Está desapareciendo el Arábica? - 25: Issue 2

Mientras crece la demanda de los granos de Arábica lavado, la producción total sigue estancada desde hace dos décadas, y va perdiendo cuota de mercado en origen.

THOMAS COPPLE pregunta: ¿está el café de especialidad en peligro de ser víctima de su propio éxito?

Arábica lavado: el sustento del sector del café de especialidad, bajo presión. Aunque existen otros cafés con un procesado natural realmente excelentes, e incluso algunos Robusta de especialidad, los cafés Arábica lavados son los cafés más apreciados por la industria. El problema es que solo se cultivan en unos pocos países, y la producción total de esta denominación de origen apenas ha cambiado en los últimos 20 años. Mientras que el consumo del café de especialidad sigue creciendo y se abren nuevos mercados, el suministro se va exprimiendo a medida que la competencia se hace más fuerte. 

La hegemonía de Brasil y Vietnam

El consumo de café en todo el mundo está creciendo cerca de un 2% cada año, llegando en algunos países a alcanzar unas tasas de crecimiento por encima del 10%. Cada año, la demanda global rompe nuevos registros, y ahora se encuentra alrededor de 156 millones de sacos de 60 kg, cuando en 1995 se encontraba por debajo de los 100 millones. La industria del café de especialidad es claramente uno de los factores que se encuentran detrás de este resurgir, aunque también son significativos el crecimiento tanto demográfico como económico de los nuevos y emergentes mercados.

Aunque Brasil y Vietnam han incrementado su producción anual en más del doble durante los últimos 25 años, los productores de Arábica lavado llevan tiempo manteniendo su producción, que se podría cifrar en alrededor de 40 millones de sacos al año. Como resultado de ello, pese al creciente predominio en los puntos de consumo, el café de especialidad está perdiendo cuota de mercado a gran velocidad en origen.

Al mismo tiempo, el suministro global está en aumento para poder satisfacer dicha demanda. Desde el año 2000, la producción total de café se ha multiplicado por tres para alcanzar los 152 millones de sacos en 2016. Aunque tal crecimiento no se distribuye de forma equitativa. De hecho, el 90% de este suministro adicional se ha producido en solo dos países: Brasil y Vietnam, entre los cuales suman más de un 50% de la producción mundial total. El crecimiento de Brasil y Vietnam supone que el incremento del suministro se refleja en Robustas o en Arábicas procesados. Otros orígenes, como el Arábica lavado, no han tenido tanto éxito.

¿En qué se traduce esto en términos de café de especialidad?

Es difícil definir y medir la propagación del café de especialidad. Las definiciones varían de una región a otra y de una persona a otra. Incluso la idea de calidad es variable, y está sujeta a interpretación.

Dicho lo cual, los cafés Arábica lavados, o lo que los comerciantes de café verde llaman «Milds», se consideran generalmente los granos de mayor calidad en el comercio del café, presentando los precios más elevados. Generalmente dan como resultado una taza más limpia y consistente, especialmente útil a la hora de destacar el perfil aromático de los cafés single-origin.

El cultivo de estos granos de alta calidad requiere unas condiciones climatológicas específicas (precipitaciones, temperatura y luz solar), que solo se encuentran en unos pocos lugares en altura en todo el mundo. Por tanto, la mayoría de los cafés Arábica lavados proceden de unas pocas regiones, principalmente de América Central y Sudamérica, y del este de África, siendo Colombia la que produce un mayor volumen.

Si bien poseemos datos limitados sobre el suministro y la demanda de café de especialidad, el Arábica lavado sirve bastante bien como aproximación, así como las tendencias que marca. Aunque Brasil y Vietnam han incrementado su producción anual en más del doble durante los últimos 25 años, los productores de Arábica lavado llevan tiempo manteniendo su producción, que se podría cifrar en alrededor de 40 millones de sacos al año. Como resultado de ello, pese al creciente predominio en los puntos de consumo, el café de especialidad está perdiendo cuota de mercado a gran velocidad en origen.

¿Por qué ha pasado esto?

Las causas que hay detrás del estancamiento en la producción del Arábica lavado son muchas y variadas. No todos los países han seguido el mismo camino. En Colombia, por ejemplo, la producción de Arábica se vio devastada por un brote de roya en 2008, y solo ahora se están recuperando los volúmenes de producción previos gracias a un enorme y costoso programa de replantación.

Otro brote de roya, esta vez en 2013, propagado por gran parte de Centroamérica, dio como resultado la pérdida de cientos de miles de empleos y la producción de millones de sacos de café. Muchos países aún no se han recuperado de ello.

Además de las plagas y enfermedades, la crisis del café de principios de los 2000, cuando los precios internacionales bajaron de los 50 centavos/libra, obligó a muchos productores a abandonar el mercado de forma permanente. La competencia con otros cultivos comerciales se ha vuelto fiera, mientras que la presión por la explotación de la tierra, en particular la demanda de inmuebles que propician la ampliación de las áreas urbanas, hacen que el negocio del café pierda atractivo. Nairobi (Kenia) es un ejemplo claro, donde los agricultores venden sus plantaciones de café a promotores de apartamentos, centros comerciales u otros edificios con fines comerciales.

Como consecuencia de ello, desde 1990 algunos de sus orígenes de café favoritos han visto caer su volumen de producción. El Salvador ha pasado de tres millones de sacos en 1992 a apenas 620.000 hoy día, mientras que Costa Rica, Kenia y México han disminuido en cerca de un 50% su producción respecto a principios de los años 90.

Incluso en los países en que ha habido un incremento, el panorama está lejos de ser perfecto. Etiopía ha incrementado su producción en más del doble durante los últimos 25 años, pero se encuentra en primera línea del cambio climático, en peligro de perder hasta un 60% de su área de cultivo a finales de este siglo, según un estudio reciente publicado por el Real Jardín Botánico de Kew. Perú y Honduras también han experimentado importantes aumentos, pero ambas afrontan ahora sus propias batallas contra la roya. El reciente descubrimiento de variedades resistentes a la roya infectadas en Honduras ha añadido una dosis mayor de preocupación en el sector. Así, mientras que los países con mayor producción de Arábica lavado han experimentado suertes dispares durante los últimos 25 años, para muchos otros los resultados han sido desastrosos.

Perspectiva de futuro

No se espera que los problemas a los que se enfrentan los productores de Arábica lavado desaparezcan a corto plazo. La triple amenaza del cambio climático, el envejecimiento de los agricultores y los precios insuficientes ya es una realidad para muchos productores, y las variedades de alta calidad más valoradas en la industria del café de especialidad, como el Borbón, Geisha o SL28, son también los que están más expuestos al riesgo.

Mirando al futuro, si el Arábica lavado mantiene su volumen de producción actual de unos 40 millones de sacos al año, podrían llegar a suponer el 21% de la producción mundial en 2030. Ni siquiera se puede garantizar que vayan a mantener este nivel. El hecho de que el total global se haya mantenido tan inamovible durante tanto tiempo es debido en gran parte a los esfuerzos de unos pocos países, en particular aquellos con instituciones cafeteras domésticas, como la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC) o el Instituto Hondureño del Café (IHCAFE).

Puesto que cada año los efectos del cambio climático se hacen más evidentes, cada vez será más difícil mantener este nivel de producción. La zona óptima disponible para la producción del café va a ir cambiando, y en muchos casos harán falta grandes cambios para trasladarse a nuevos pastos. A medida que los cafetos van envejeciendo, se vuelven menos productivos y más propensos a las enfermedades, necesitando una reubicación y replantación. La urbanización y el desarrollo económico aumentan el precio de la tierra, ofreciendo mejores oportunidades a las nuevas generaciones, que podrían dejar de ser agricultores. La industria del café de especialidad competirá por una porción cada vez más pequeña del pastel de café.

¿Qué podemos hacer?

La clave para garantizar el futuro del café de especialidad es la colaboración. Debemos fortalecer los vínculos entre los productores y los consumidores para garantizar que sus incentivos estén en consonancia. Actualmente, la inherente volatilidad de los precios del café en todo el mundo y lo imprevisible de las posibles ganancias disuaden a muchos productores. Para que el café de especialidad sea verdaderamente sostenible, los compradores deben identificarse con los agricultores y viceversa, de manera que se cultive el café según la demanda.

Hay una necesidad urgente e inmediata de inversión en la investigación sobre el café. Los cafés Arábica lavados son en general los más susceptibles a las perturbaciones climatológicas, a los cambios en el clima y a los brotes de enfermedades como la roya. Necesitamos comprender mejor los efectos de estos cambios y la mejor forma de adaptarnos a ellos. Parte de este trabajo ya se está llevando a cabo, pero necesita un empujón, y eso requiere financiación.

Finalmente, como industria necesitamos continuar promoviendo el consumo de café de calidad. Estableciendo un mercado claro y fiable para el café de especialidad, la industria podría potenciar la producción sostenible, y el pago de primas por calidad podría garantizar un incentivo para que los productores sigan en el mercado. Los desafíos a los que se enfrenta la industria del café de especialidad son reales e inmediatos, pero aún no son insuperables.


THOMAS COPPLE is a researcher and analyst and a former economist at the International Coffee Organization.